La elección en Capital Federal en primera vuelta nos presento un Mauricio Macri alejado del fanatismo liberal, racista y verborrágico que caracterizo sus 4 años de gobierno. Ante los golpes de la oposición se mostraba componedor y amable. Se coloco por encima de todos y era el porteño promedio. Felicitamos a sus asesores de campaña por haber logrado mostrar a Macri como un hombre de carne y hueso.
En segunda vuelta, se juega el futuro de la ciudad. Se juega un cambio definitivo. Los porteños podemos terminar de una vez por todas con el neoliberalismo anticuado que ahora se presenta como un desarrollismo de derecha y globalizador. Ese que se preocupa por las obras cosméticas, por el marketing y reduce las cuestiones de fondo a mera beneficencia. ¿Es que la ciudad puede crecer sin Educación Pública de excelencia? ¿Sin Hospitales que sean la envidia de toda Latinoamérica por la calidad de sus profesionales y servicios? ¿Sin coordinación de Transporte con la provincia de Buenos Aires y la Nación? ¿Sin una política de Vivienda que termine con los alquileres extorsivos producto de la especulación y un estado ausente? ¿Una ciudad solo para ser disfrutada por el turista y no por su gente?
Esta pelea no es entre izquierdas y derechas, sino entre el futuro y el pasado. La opción esta entre un país industrial con un Estado fuerte y creciente demanda interna o una factoría agroexportadora en manos de la Sociedad Rural y las grandes empresas monopólicas y extranjeras. Detrás de Mauricio Macri se esconden las mismas fuerzas que nos obligaron a levantarnos el 19 y 20 de diciembre indignados y cacerola en mano contra Domingo Cavallo y el estado de sitio de De la Rua. Allí esta Federico Pinedo para despejar todas las dudas, allí esta Rodríguez Larreta proclamando que pretende una ciudad cara, para los que ganen altos sueldos. Fortalecer aun mas esa opción es preparar la repetición de esa terrible experiencia.
De Narváez y Duhalde esperan ansiosos un triunfo aplastante del macrismo en segunda vuelta. La primera vuelta activo una bomba de tiempo que pone en peligro a la ciudad y al país entero. Es el momento de desactivarla con tu voto. Podes ser radical, peronista, conservador o de izquierda pero también queres una ciudad mas igualitaria, mas justa, mas vinculada al país real. Lo importante ahora no es tu respetable identidad política sino crear una ciudad para todos que vaya para adelante.
En segunda vuelta, se juega el futuro de la ciudad. Se juega un cambio definitivo. Los porteños podemos terminar de una vez por todas con el neoliberalismo anticuado que ahora se presenta como un desarrollismo de derecha y globalizador. Ese que se preocupa por las obras cosméticas, por el marketing y reduce las cuestiones de fondo a mera beneficencia. ¿Es que la ciudad puede crecer sin Educación Pública de excelencia? ¿Sin Hospitales que sean la envidia de toda Latinoamérica por la calidad de sus profesionales y servicios? ¿Sin coordinación de Transporte con la provincia de Buenos Aires y la Nación? ¿Sin una política de Vivienda que termine con los alquileres extorsivos producto de la especulación y un estado ausente? ¿Una ciudad solo para ser disfrutada por el turista y no por su gente?
Esta pelea no es entre izquierdas y derechas, sino entre el futuro y el pasado. La opción esta entre un país industrial con un Estado fuerte y creciente demanda interna o una factoría agroexportadora en manos de la Sociedad Rural y las grandes empresas monopólicas y extranjeras. Detrás de Mauricio Macri se esconden las mismas fuerzas que nos obligaron a levantarnos el 19 y 20 de diciembre indignados y cacerola en mano contra Domingo Cavallo y el estado de sitio de De la Rua. Allí esta Federico Pinedo para despejar todas las dudas, allí esta Rodríguez Larreta proclamando que pretende una ciudad cara, para los que ganen altos sueldos. Fortalecer aun mas esa opción es preparar la repetición de esa terrible experiencia.
De Narváez y Duhalde esperan ansiosos un triunfo aplastante del macrismo en segunda vuelta. La primera vuelta activo una bomba de tiempo que pone en peligro a la ciudad y al país entero. Es el momento de desactivarla con tu voto. Podes ser radical, peronista, conservador o de izquierda pero también queres una ciudad mas igualitaria, mas justa, mas vinculada al país real. Lo importante ahora no es tu respetable identidad política sino crear una ciudad para todos que vaya para adelante.
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