PARA AYUDAR AL GOBIERNO DE MACRI A QUE LLEGUE A COMPLETAR SU MANDATO, HAY QUE OPONÉRSELE CON UÑAS Y DIENTES EN TODOS LOS PLANOS SUSTANCIALES DE SU PROGRAMA Y NO DEJARLE PASAR UN SOLO RENUNCIO
La mejor manera de ayudar a que el gobierno macrista defienda el interés nacional es hacerle la oposición más sañuda, dura, cerrada, intolerante y principista que las circunstancias nos permitan.
Con una oposición así, hasta el cipayísimo Caputo tendrá que decirle a Griesa: "Mire, juez, nosotros quisiéramos que usted nos empome a gusto y placer, pero fíjese el quilombo que nos arma allá en casa. Sea razonable y no nos complique el panorama, que pendemos de un hilo muy finito".
Si el macrismo contara con semejante oposición, podría hasta completar su mandato, cosa que no logrará si se deja llevar por sus instintos naturales.
Una oposición de ese tipo obtendría mejores resultados para el interés nacional que una oposición que se proponga "colaborar" para que el régimen cipayo logre sus objetivos profundos.
No haría sino lo que hizo Luis Alberto de Herrera en 1945, cuando un presidente colorado le pidió colaboración en vísperas de su viaje a Washington para arreglar las relaciones entre ambos países en la segunda posguerra mundial.
En ese momento, Herrera supo defender el interés nacional uruguayo cuando le planteó al presidente que su modo de ayudarlo a negociar iba a ser colocarlo al Partido Nacional como el más intransigente de los defensores de la soberanía uruguaya frente a cualquier insinuación imperialista de Washington.
"Ante cualquier exigencia, usted podrá decir 'Mire, yo lo tengo a Herrera ahí, que no me permite avanzar en el sentido que ustedes piden', y se salvará mejor el interés del Uruguay", o algo parecido a eso, es lo que Herrera le dijo a ese presidente.
Alguien debería hacérselo saber a Macri. Cuanto antes termine la interna paralizante del campo nacional, mejor para todos. Y que surja de esa interna alguien que pueda hablar con Macri y plantear con urbanidad pero con firmeza ese punto de vista.
Caso contrario, marchamos a un crescendo de muerte por el intento incontrolado de convertir a la Argentina en una hipercolonia sin soberanía alguna.
Nestor Gorojovsky
Secretario General
La mejor manera de ayudar a que el gobierno macrista defienda el interés nacional es hacerle la oposición más sañuda, dura, cerrada, intolerante y principista que las circunstancias nos permitan.
Con una oposición así, hasta el cipayísimo Caputo tendrá que decirle a Griesa: "Mire, juez, nosotros quisiéramos que usted nos empome a gusto y placer, pero fíjese el quilombo que nos arma allá en casa. Sea razonable y no nos complique el panorama, que pendemos de un hilo muy finito".
Si el macrismo contara con semejante oposición, podría hasta completar su mandato, cosa que no logrará si se deja llevar por sus instintos naturales.
Una oposición de ese tipo obtendría mejores resultados para el interés nacional que una oposición que se proponga "colaborar" para que el régimen cipayo logre sus objetivos profundos.
No haría sino lo que hizo Luis Alberto de Herrera en 1945, cuando un presidente colorado le pidió colaboración en vísperas de su viaje a Washington para arreglar las relaciones entre ambos países en la segunda posguerra mundial.
En ese momento, Herrera supo defender el interés nacional uruguayo cuando le planteó al presidente que su modo de ayudarlo a negociar iba a ser colocarlo al Partido Nacional como el más intransigente de los defensores de la soberanía uruguaya frente a cualquier insinuación imperialista de Washington.
"Ante cualquier exigencia, usted podrá decir 'Mire, yo lo tengo a Herrera ahí, que no me permite avanzar en el sentido que ustedes piden', y se salvará mejor el interés del Uruguay", o algo parecido a eso, es lo que Herrera le dijo a ese presidente.
Alguien debería hacérselo saber a Macri. Cuanto antes termine la interna paralizante del campo nacional, mejor para todos. Y que surja de esa interna alguien que pueda hablar con Macri y plantear con urbanidad pero con firmeza ese punto de vista.
Caso contrario, marchamos a un crescendo de muerte por el intento incontrolado de convertir a la Argentina en una hipercolonia sin soberanía alguna.
Nestor Gorojovsky
Secretario General
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