Por Aurelio Argañaraz ¡Arriba los de abajo! ¡Gloria al heroico pueblo de Córdoba!, titulaba LUCHA OBRERA, el periódico del PSIN (Partido Socialista de la Izquierda Nacional), celebrando la sublevación obrera y popular que hería de muerte al gobierno oligárquico del General Onganía, el 29 de Mayo de 1969. La mejor manera de trasmitir una imagen de la magnitud de aquella gesta, a mi juicio, es decir que quienes protagonizamos el levantamiento sólo pudimos ver escenas parciales, sin adquirir en el mismo día una dimensión plena del movimiento de masas. Podría decirse que en una ciudad de radio extenso hubo Cordobazo en todo el ejido y cada uno de nosotros sólo vivió una parte del suceso. Salí de mi trabajo, en una oficina céntrica, para sumarme a la lucha, a las once de la mañana, fui uno entre miles en el centro de la ciudad (una 60 manzanas), estuve en muchas docenas de fogatas, marché con estudiantes y trabajadores del Estado y al final del día, con otros compañeros, cuando ent
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