El 24 de marzo de 1976, la oligarquía y el imperialismo, a través de la cúpula de las Fuerzas Armadas, implantaron un régimen de terrorismo de Estado. El brazo armado de la Nación se confirmó en el papel -que databa de 1955- de puño de una facción interna dispuesta a convertirnos en una colonia. Las FFAA contaron, en ese empeño, con apoyo directo de Estados Unidos, Europa Occidental y las filiales locales de sus bancos y empresas (dentro del predio de la Ford llegó a operar un helipuerto militar, por ejemplo). Las FFAA perfeccionaron los métodos que habían venido aprendiendo desde 1957 los genocidas franceses en Argelia (Misión Militar Francesa). Muchos de sus integrantes devinieron vulgares secuestradores, asesinos de ciudadanos inermes, ladrones, apropiadores de chicos, y cómplices de ladrones (como en los casos Austral o Papel Prensa). Su furia sanguinaria se desató incluso contra miembros de las FFAA que se negaron a sumarse a la carnicería ordenada desde el Norte. Pero la...