En la Argentina, el acceso a la propiedad privada que tanto defiende el bloque agroexportador y antidemocrático encabezado por la Sociedad Rural Argentina nunca fue limpio y ajustado a leyes, y mucho menos aún en la región pampeana.
Ya desde la época colonial, la manera de obtenerla pasaba por acuerdos entre comerciantes y funcionarios en los escritorios de la Corona, por la estafa al Estado (enfiteusis), por la expulsión de los pobladores iniciales sin discriminar indios de criollos (como ya lo muestra el Martín Fierro), por despojos en juzgados cómplices (también lo muestra el Martín Fierro), o por la práctica frecuente de quitarle sus herencias a las mujeres.
Ni siquiera es totalmente cierto que las grandes extensiones incorporadas a la soberanía argentina en la campaña de 1879 hayan sido repartidas solamente a los grandes capitalistas que financiaron el avance. Gran parte de esas tierras fue entregada como títulos de pequeñas propiedades a los soldados (también mezcla de indios y criollos), Pero en la miseria en que se encontraban fueron a su vez víctimas de los manejos de la oligarquía y tuvieron que malvender sus tierras para poder comer.
Así, antes o después de 1879 la fracción del pueblo argentino que disponía de alguna modesta propiedad, que dio su sangre por el país, fue despojada sistemáticamente de ella en juzgados y oficinas de patentes y marcas gracias al accionar corrompido de funcionarios cómplices y venales.
Prácticamente no hay una sola fortuna oligárquica que no haya cumplido, total o parcialmente, con al menos una de estas condiciones. El caso de la familia Gallardo, en Bariloche, es idéntico al de Martín Fierro, echado a la frontera y despojado de sus bienes por un juez de paz que por lo visto ya era macrista antes de la llegada a nuestro país de esa infausta familia.
Todo esto ha sido ampliamente estudiado y no es objeto de discusión seria en ningún foro académico. Hasta el tucumano Nicolás Avellaneda -presidente de la Nación de 1874 a 1880 y terrateniente bonaerense después de su matrimonio en 1861 con la porteña Carmen Nóbrega Miguens- mostró algunas de esas prácticas en su estudio de la propiedad de la tierra pública.
Lógicamente, quien se ha valido de esos métodos y otros peores para hacerse con grandes fuentes de renta los usará también cuando se le cuestiona el mal habido derecho que ejerce sin respetar otra ley que la del "pelito para la vieja".
El Partido Patria y Pueblo expresa su total solidaridad con la hermana del ex presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere, la felicita por su compromiso social y popular, y reclama que las autoridades de la Provincia de Entre Ríos perciban claramente que detrás de la supuesta "defensa de la propiedad privada" que hacen los agrarios entrerrianos se esconde solamente la defensa del privilegio y la perpetuación de un despojo, ahora en contra de una mujer perteneciente a su misma clase social.
En la Argentina oligárquica no todas las propiedades privadas son iguales. Tenemos que avanzar hacia un orden social superador. Si no lo hacemos, el país se perderá en el caos y la degradación inevitable. El Socialismo de la Izquierda Nacional no puede más que felicitar al compañero Juan Grabois por la muy artiguista iniciativa que ha tomado.
Mesa Nacional
Partido Patria y Pueblo • Socialistas de la Izquierda Nacional
Néstor Gorojovsky - Secretario General
Aurelio Argañaraz, Hugo Santos, Juan Maria Escobar, Rubén Rosmarino, Lorena Vazquez, Baylon Jerez, Gastón González, Pablo López, Jacinto Paz, Laura Gastaldi, Silvio Zuzulich.
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