El escándalo de los créditos del Banco de la Nación Argentina que concedió a la empresa macrista Vicentín el recordado economista cipayo "Te hicieron creer que" Javier González Fraga abre una extraordinaria oportunidad para recuperar soberanía alimentaria y también de comercio exterior.
La empresa oligárquica no parece haber invertido en el país, en su propia infraestructura de comercialización, ni en la producción uno solo de los casi veinte mil millones de pesos que recibió del BNA ni de otros bancos estatales. Siguiendo la tradición bicentenaria de la clase social a la que pertenecen sus dueños locales, se endeudó con el Estado para fugar riqueza. Y nos dejó el muerto a los demás.
Ahora que Vicentín tropezó con la voluntad del pueblo argentino corporizada en el gobierno del Frente de Todos, no hay ninguna razón para permitirle coronar su estafa. Es momento de aprovechar este verdadero desfalco para iniciar una Empresa Nacional Alimentaria con sus activos físicos. No interesan los medios por los cuales se llegue a ese objetivo. Serán los que mejor le convengan al interés nacional y respeten las leyes. Esto debe ser un objetivo de políticas nacionales, no materia de debate jurídico administrativo.
Más allá del juzgamiento de las responsabilidades penales, comerciales y administrativas de rigor, corresponde que el Estado Nacional y la Provincia de Buenos Aires, los principales acreedores de Vicentín, se hagan cargo de la parte de la empresa que permita emprender esa ruta por el expediente más simple disponible. Esto le permitirá a la Argentina iniciar el retorno al control del comercio exterior de su principal producción exportable, y además establecer un canal comercial estatal que libere a todos los pequeños y medianos productores de las múltiples extorsiones que sufren a manos del complejo agroexportador-portuario-financiero de la Hidrovía Paraná-Plata, los puertos privados que la utilizan y la rosca comercial y financiera que la domina.
Es importante tener en cuenta que Vicentín se ramifica en casi todos los aspectos del negocio agropecuario pampeano. Como todas las empresas de su tipo, siempre ha vivido de prebendas estatales, y esto se acrecentó, por supuesto, bajo los regímenes de entrega y virtual ocupación extranjera, como el de Macri y su banda, que en 2019 los argentinos acabamos de expulsar en las urnas.
Es el momento de ganar soberanía. Los préstamos concedidos al conglomerado empresario macrista originario del Norte de Santa Fe, tierras de La Forestal, comprometen seriamente al Banco de la Nación Argentina, pero al mismo tiempo ponen en manos de instituciones crediticias estatales poco menos de 30.000 millones de pesos en acreencias.
La principal fuente de dólares en nuestro país, deformado y aplastado por una casta apátrida de rentistas, oligarcas y gerentes extranjeros de empresas comerciales, bancarias y financieras, es la renta diferencial agraria pampeana. Ya en la Década Infame, la propia oligarquía (que aún albergaba al menos cierta noción de la necesidad de gobernar el país en forma integral) impuso medidas de control del comercio exterior como la Junta Nacional de Carnes y su similar de Granos. Es hora de aplicar la misma audacia, esta vez al servicio de la independencia nacional.
Este núcleo de una Empresa Nacional Alimenticia podrá, como la YPF estatal un siglo atrás, recuperar renta para el país y domesticar al menos en parte a la jauría de saqueadores que se apoderó de nuestro comercio exterior desde los regímenes oligárquicos crudos de Martínez de Hoz, Cavallo y Dujovne. Vicentín se creyó que podía "recuperar" lo "invertido" junto a Paul Singer y otros fondos buitre en el apoyo a Mauricio Macri. Es hora de que la Argentina recupere lo robado por esta casta antinacional y además de ponerse de pie, se haga respetar.
Mesa Nacional del partido Patria y Pueblo - Socialistas de la Izquierda Nacional
Néstor Gorojovsky - Secretario General
Rubén Rosmarino, Lorena Vazquez, Aurelio Argañaraz, Hugo Santos, Juan Maria Escobar, Baylon Jerez, Gastón González, Pablo López, Laura Gastaldi, Jacinto Paz
La empresa oligárquica no parece haber invertido en el país, en su propia infraestructura de comercialización, ni en la producción uno solo de los casi veinte mil millones de pesos que recibió del BNA ni de otros bancos estatales. Siguiendo la tradición bicentenaria de la clase social a la que pertenecen sus dueños locales, se endeudó con el Estado para fugar riqueza. Y nos dejó el muerto a los demás.
Ahora que Vicentín tropezó con la voluntad del pueblo argentino corporizada en el gobierno del Frente de Todos, no hay ninguna razón para permitirle coronar su estafa. Es momento de aprovechar este verdadero desfalco para iniciar una Empresa Nacional Alimentaria con sus activos físicos. No interesan los medios por los cuales se llegue a ese objetivo. Serán los que mejor le convengan al interés nacional y respeten las leyes. Esto debe ser un objetivo de políticas nacionales, no materia de debate jurídico administrativo.
Más allá del juzgamiento de las responsabilidades penales, comerciales y administrativas de rigor, corresponde que el Estado Nacional y la Provincia de Buenos Aires, los principales acreedores de Vicentín, se hagan cargo de la parte de la empresa que permita emprender esa ruta por el expediente más simple disponible. Esto le permitirá a la Argentina iniciar el retorno al control del comercio exterior de su principal producción exportable, y además establecer un canal comercial estatal que libere a todos los pequeños y medianos productores de las múltiples extorsiones que sufren a manos del complejo agroexportador-portuario-financiero de la Hidrovía Paraná-Plata, los puertos privados que la utilizan y la rosca comercial y financiera que la domina.
Es importante tener en cuenta que Vicentín se ramifica en casi todos los aspectos del negocio agropecuario pampeano. Como todas las empresas de su tipo, siempre ha vivido de prebendas estatales, y esto se acrecentó, por supuesto, bajo los regímenes de entrega y virtual ocupación extranjera, como el de Macri y su banda, que en 2019 los argentinos acabamos de expulsar en las urnas.
Es el momento de ganar soberanía. Los préstamos concedidos al conglomerado empresario macrista originario del Norte de Santa Fe, tierras de La Forestal, comprometen seriamente al Banco de la Nación Argentina, pero al mismo tiempo ponen en manos de instituciones crediticias estatales poco menos de 30.000 millones de pesos en acreencias.
La principal fuente de dólares en nuestro país, deformado y aplastado por una casta apátrida de rentistas, oligarcas y gerentes extranjeros de empresas comerciales, bancarias y financieras, es la renta diferencial agraria pampeana. Ya en la Década Infame, la propia oligarquía (que aún albergaba al menos cierta noción de la necesidad de gobernar el país en forma integral) impuso medidas de control del comercio exterior como la Junta Nacional de Carnes y su similar de Granos. Es hora de aplicar la misma audacia, esta vez al servicio de la independencia nacional.
Este núcleo de una Empresa Nacional Alimenticia podrá, como la YPF estatal un siglo atrás, recuperar renta para el país y domesticar al menos en parte a la jauría de saqueadores que se apoderó de nuestro comercio exterior desde los regímenes oligárquicos crudos de Martínez de Hoz, Cavallo y Dujovne. Vicentín se creyó que podía "recuperar" lo "invertido" junto a Paul Singer y otros fondos buitre en el apoyo a Mauricio Macri. Es hora de que la Argentina recupere lo robado por esta casta antinacional y además de ponerse de pie, se haga respetar.
Mesa Nacional del partido Patria y Pueblo - Socialistas de la Izquierda Nacional
Néstor Gorojovsky - Secretario General
Rubén Rosmarino, Lorena Vazquez, Aurelio Argañaraz, Hugo Santos, Juan Maria Escobar, Baylon Jerez, Gastón González, Pablo López, Laura Gastaldi, Jacinto Paz
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