PYP FELICITA A CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER Y DENUNCIA MANIPULACIÓN FRAUDULENTA EN ESCRUTINIO
Al ocultar las cifras de su derrota electoral a manos de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en Provincia Buenos Aires y el ex ministro Agustín Rossi en Santa Fe, el régimen macrista de ocupación extranjera acaba de perpetrar un nuevo atraco, esta vez masivo, contra la voluntad popular, secuestrando leguleyamente centenares de miles de votos en un intento de hacerlos desaparecer.
Al ocultar las cifras de su derrota electoral a manos de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en Provincia Buenos Aires y el ex ministro Agustín Rossi en Santa Fe, el régimen macrista de ocupación extranjera acaba de perpetrar un nuevo atraco, esta vez masivo, contra la voluntad popular, secuestrando leguleyamente centenares de miles de votos en un intento de hacerlos desaparecer.
Los Socialistas de la Izquierda Nacional, nucleados en el
partido Patria y Pueblo, felicitamos a la compañera Fernandez de Kirchner por su victoria
indiscutible contra el odio del gorilismo gobernante, y denunciamos la
intención proscriptiva de la maniobra de la Alianza Cambiemos.
Esa victoria, no lo olvidamos por un momento, fue obtenida
en un arduo combate contra la tempestad moralizante de los grandes corruptores
empresariales y la desaforada gritonería matoneril de un sistema de inoculación
de odio nunca visto desde los tiempos de la Revolución Fusiladora de 1955.
Esta maniobra fraudulenta constituye, además, una agresión a
la soberanía popular, hoy encarnada en primer lugar en Cristina Fernández. Es
uno más de los ya incontables ataques del macrismo a su propia legitimidad
electoral. El carácter oligárquico e imperialista de su programa lo obliga a
erosionarla inevitablemente.
El Pro ya lo sabe: el pueblo argentino no se engaña.
Azorado, pero no sorprendido, contempla cómo, en otra jugarreta propia de
hampones, esta impresentable caterva de agentes extranjeros disfrazados de
políticos argentinos está intentando escamotear los resultados electorales en
los dos distritos en los que Cambiemos fue derrotado por Unidad Ciudadana (nada
menos que Santa Fe y la Provincia de Buenos Aires).
En la maniobra, los funcionarios de la justicia electoral,
los grandes medios monopólicos y la empresa INDRA, vinculada a Mauricio Macri y
a la cual se le entregó la gestión de la carga de datos en incumplimiento de
las normas vigentes son los responsables primarios necesarios.
Pero no se trata de una cuestión meramente judicial. El
macrismo pretende imponerle a la Argentina, "gradualmente", un
descenso a los infiernos del régimen de 1976 e incluso a la Década Infame de
1930. Milagro Sala y Santiago Maldonado son el aviso de que no tiene inconveniente
en tener presos políticos o detenidos desaparecidos. Ahora intenta, por el
momento mediáticamente, instaurar el fraude como método electoral para asfixiar
la libre expresión de la voluntad popular.
Esta banda de matones que posan de dirigentes, de
totalitarios que posan de republicanos, de fascistas que posan de demócratas y
de charlatanes que posan de filósofos, busca así tapar el repudio que ha
recibido de una sociedad que va abriendo los ojos ante los verdaderos objetivos
de su programa alucinado: de desguace de la economía, la sociedad, la cultura y
las costumbres políticas de los argentinos.
El camino para impedir que se concrete semejante aberración
es simple: unificar en un solo haz todas las voluntades que se han pronunciado,
lapidariamente, contra semejante intento, en unas PASO que lejos de ser una
interna partidaria fueron un plebiscito del plan de saqueo, hambre, depredación
y liquidación económica, social, cultural y política intenta llevar a cabo
Mauricio Macri y su banda.
La victoria de Cristina Fernández en Provincia de Buenos
Aires fue el resultado de una batalla contra todas las fuerzas coaligadas del
imperialismo extranjero, el gran capital antinacional, y los detritos
supervivientes de los peores tiempos de la vida política argentina, ésos que,
en privado, y cada vez más en público, se animan a decir ahora, transparente y
sinceramente, que "con los milicos, a mí no me fue mal".
El punto de partida de esa reunificación contra la hez de
nuestra vida histórica, política y social es, indudablemente, la recomposición
de la unidad de un arco de raíz peronista que, en una indiscutible victoria, el
macrismo supo dividir. Tal como lo dijo con síntesis admirable el ex Presidente
kirchnerista del Banco Central Alejandro Vanoli, "el kirchnerismo necesita
al peronismo y el peronismo a los k. Hay que dialogar para ganar y volver al
gobierno y revertir el neoliberalismo."
Ese diálogo, como lo viene proponiendo Patria y
Pueblo desde el inicio mismo del régimen macrista, debe partir de un balance de
los motivos por los cuales el proyecto nacional fue derrotado en 2015, que
permita eliminar de una buena vez las prácticas sectarias y expulsivas que
terminaron partiendo aquello que siempre debió haber estado unido. Sobre esa
sólida base, se podrá reconstituir el arma electoral para cerrarle el paso al
macrismo, y los acuerdos parlamentarios que a su vez permitirán llegar a las
elecciones de 2019 con una Argentina maltrecha, sí, pero dispuesta a
reconquistar un lugar digno en el concierto de las naciones.
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