A un año de operación de la barbarie macrista, los bloques del campo
nacional pueden, y deben, reactivar en una acción conjunta el mercado interno,
hacer justicia a los asalariados, y equilibrar en algo la balanza tributaria en
la Argentina.
Ante la situación creada por la aprobación parcial
en la Cámara de Diputados de modificaciones a la ley de Impuesto a las
Ganancias, que afecta hoy a dos millones de trabajadores argentinos en el marco
recesivo y de deterioro salarial que han generado las políticas macristas,
desde el partido Patria y Pueblo – Socialistas de la Izquierda Nacional
queremos señalar al pueblo argentino que:
1º) Los senadores no son un cuerpo confederal de representantes de
intereses locales de cada provincia sino la representación de la
Nación en su conjunto, redistribuida por provincias. El mandato del
proyecto de ley aprobado en Diputados defiende los intereses de 2.000.000 de
trabajadores, y más aún, los de la patria toda.
Es falso, como intenta imponer el Ejecutivo, que no haya otro camino que
el proyecto enviado por la Casa Rosada.
2°) Esta reforma, junto con la Ley de Emergencia Social, serían las
primeras medidas favorables a nuestras mayorías obtenidas por la acción del
Legislativo tras un año de gobierno de Macri, que se dedicó con entusiasmo a
impulsar o forzar disposiciones dañinas para el bienestar popular, el
equilibrio de las cuentas públicas y el sistema jubilatorio, el futuro de
nuestra industria y la soberanía misma de la Nación.
3º) Para hacerse efectiva, sin embargo, la ley debe ser sancionada
finalmente en Senadores, tal y como la aprobó por aplastante mayoría la
oposición en la Cámara de Diputados.
4º) Lo más importante, sin embargo, es la significación política
de esta medida en favor del pueblo. Sería el fruto de una confluencia de
bloques de la oposición peronista y otros que se le han sumado. Por eso mismo,
ha despertado los peores instintos en un gobierno que hasta ahora sólo mostró
tener los malos.
5º) No es cuestión menor que los bloques nacionales hayan coincidido en
incorporar como fuente de recursos el impuesto a la renta financiera, cuya sola
mención "espanta" a un oficialismo que solo piensa en atraer
"inversión" extranjera, que se resume siempre en especulación y
saqueo, como ya sabemos.
6º) Celebramos, por lo tanto, esa unificación táctica, porque al fin se
ha logrado oponer una oposición legislativa eficaz a un proyecto oficial que
recargaba sobre los asalariados una tributación injusta, después de aliviar la
carga de los agronegocios, las mineras, el poder económico concentrado y los
más pudientes, en general.
7°) Repudiamos enérgicamente la amenaza del veto presidencial o de un
decreto que intente anular una Ley de la Nación, ya insinuadas desde el
Ejecutivo. Sabemos, por la experiencia de su régimen plutocrático en la ciudad
de Buenos Aires, que al Ingeniero Macri le complace mostrarse
"poderoso" utilizando ese recurso excepcional, incluso contra sus
propios legisladores. Estos atropellos deberán ser enfrentados con la
movilización conjunta del campo nacional. El país no puede seguirse dejando
prepotear por Macri.
8º) El veto o sus variantes, además, desnudará el cinismo de sus
políticas, ya que esta legislación concreta la promesa electoral del propio
Macri. Añadirá al incumplimiento de su compromiso, ya de por sí grave, la confesión
de que ese compromiso era una estafa. La gravedad del caso, entendemos, explica
el intento de extorsionar a los gobernadores con la asfixia financiera, para
hacerlos cómplices de esa ruindad manifiesta.
9°) La conducta de las fuerzas nacionales debe reafirmar la unidad
táctica que permitió rechazar, en diputados, las maniobras divisionistas del
bloque de Cambiemos. Hay que dar al proyecto una sanción definitiva porque, aún
en el caso de que el Presidente lo vete, habrá asestado un profundo golpe
político a su esperanza de que las urnas le sean propicias en las legislativas
de 2017.
10º) Los gobernadores del campo nacional, a los que el Pro gobernante
tildó recientemente de “feudales”, tienen hoy la llave de la votación en el
Senado (y si no ellos, los senadores, que, reiteramos, son nacionales
y no provinciales). Tienen el deber de actuar en coordinación con los
diputados, y aprovechar la oportunidad de ponerle un freno al régimen
plutocrático.
El Pro y su comparsa los llenarán de promesas o de amenazas. Las
primeras (ya lo saben) jamás las cumplirán. Las segundas serán recordadas con
nostalgia de tiempos mejores si Macri, ante un Congreso pasivo y obediente, se
sintiera libre de abrir por completo su aún cerrada caja de Pandora.
Quienes cedan ante el régimen habrán perdido el respeto del país entero
a cambio de nada.
11º) A su vez, el movimiento obrero, y en especial la CGT, tienen
actualmente la oportunidad de concretar una reivindicación frustrada, antes y
después de la gestión actual.
La amenaza del veto debe frenarse, con energía. La movilización obrera
es imprescindible para ablandar a la plutocracia macrista, que quiere
beneficiar la fuga del ahorro argentino y agradar a las minorías parasitarias y
el capital extranjero mientras descarga el sostén del Estado sobre los que
menos tienen, abarata el salario y destruye empleo.
Veto o decreto merecen el castigo de un contundente paro nacional y el
inicio de un plan de lucha para salvar a los trabajadores y a la Patria toda.
MESA NACIONAL
Néstor Gorojovsky, Secretario General
Bailón Gerez, Juan María Escobar, Rubén Rosmarino, Lorena Vazquez, Hugo Santos, Aurelio Argañaraz, Pablo López, Silvio Zuzulich, Edgardo Sánchez, Jacinto Paz.
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