La grotesca bufonada judicial que intenta perpetrar el juez Bonadío en la figura de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner es un ataque a todos y cada uno de los argentinos, salvo el cada vez más aislado y reducido bloque social que se ha beneficiado con las brutales medidas inflacionarias, la transferencia de ingresos y el sometimiento nacional que el Ingeniero Mauricio Macri empezó a perpetrar desde antes aún de haber asumido la Presidencia de la Nación.
Pero esta causa no es una causa contra la Dra. Fernández de Kirchner, ni siquiera contra el kirchnerismo. Es una causa común de los togados y los grandes medios para envilecer al pueblo argentino ante sus propios ojos, para que sienta vergüenza de haber apoyado durante 12 años a gobiernos que buscaban la autonomía de la Nación, la integración latinoamericana y la redistribución positiva del ingreso.
Pretenden poner en la picota a la generación de empleo privado mientras el estatal crecía para ir sosteniendo las nuevas demandas que una potente política de crecimiento de la demanda de masas hacía surgir en el país castigado, desde 1976 hasta 2003, por décadas de desastre neoliberal que culminaron en la rebelión de 2001 que les puso punto final. Es el inicio del ajuste de cuentas con todos y cada uno de nosotros. Ya mantienen como presa política a Milagros Sala. Ahora quieren hacer lo mismo con Cristina Fernández de Kirchner.
Como sus políticas llevan al desastre electoral al tren del macrismo, sus arrastrados y su falsa "oposición" al estilo de Sergio Massa, necesitan atizar el fuego del odio y la furia revanchista de las capas más embrutecidas de nuestra población.
No se trata de que el kirchnerismo sea inmune a la crítica. El hecho mismo de que haya permitido la llegada del macrismo al poder demuestra que corresponde analizar muy bien qué errores cometió durante los 12 años en que hubo en nuestro país presidencias patrióticas. Pero eso es cosa del pueblo argentino, no de un juez infame y menemista o de medios de comunicación financiados por los fondos buitres.
Todos estos cañonazos dirigidos contra Cristina Kirchner, Lázaro Báez, Ricardo Jaime o la "ruta del dinero K" buscan tapar el escándalo de los "Panamá papers", de los brutales tarifazos del gobierno, la creación de al menos 1,4 millones de nuevos pobres, los pedidos a los municipios de alimentos y copas de leche, y una inflación que, se estima, superará este año el 50 por ciento mientras ya cabe esperar una recesión de alrededor del -1,5% como mínimo.
Para expulsar del gobierno al macrismo y sus aliados es necesario reconstruir la máxima unidad del campo nacional, un reacomodamiento de fuerzas en el seno del pueblo y otorgarle un lugar central al Estado y a los trabajadores en el esfuerzo por la recuperación de la dignidad perdida.
Ese esfuerzo abarcará todo el amplio abanico de compatriotas que fueron, son y serán afectados por el sesgo colonialista de la actual administración. Y en dicho reacomodamiento hay un lugar fundamental para la ex presidenta, a la cual apoyaremos en las calles EN DEFENSA PROPIA.
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