Ensoberbecidos quizás por la victoria (mediática, no comicial) que creen haber obtenido, los candidatos de la Alianza Cambiemos empezaron a revelar en los últimos días el espeso núcleo cínico, antidemocrático y destructivo que los inspira.
"Mauricio" mostró el 17 de noviembre, a cinco días
de la elección (que nadie venga a decirnos mañana que no avisó) lo que opina de
la libertad de prensa, por ejemplo.
Fue cuando el merecidamente prestigioso periodista Diego
Villarroel le preguntó qué sentía al ser el primer procesado que puede llegar a
la presidencia de la Nación en la historia argentina.
Tras una serie de canchereadas sobradoras dignas de un
barrabrava, el aspirante a primer mandatario y predicador de la concordia le
escupió la más bien enconada frase: "Ya hiciste aquello para lo que te
pagan".
Ésa fue toda su respuesta. Así es cómo el ingeniero Mauricio
Macri, que efectivamente está bajo proceso, propone defender el derecho a la
información.
Horacio Rodríguez Larreta, su heredero en el feudo
neoliberal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se encogió entre tanto de
hombros cuando otro periodista, por radio, le planteó que en ocho años de
macrismo, la ciudad más rica del país no pudo bajar la tasa de mortalidad
infantil, que cayó en el resto del país. "¿Y qué problema hay?",
preguntó con cinismo insuperable Rodríguez Larreta.
Esta es la cara real de esta gente que viene a pedirnos que
"estemos todos juntos" y "vivir con alegría".
Difícil actuar juntos, difícil estar alegre, cuando a los
gobernantes no les parece un problema que los hijos de los pobres se mueran
solo porque el gobierno local no hace nada por salvarles la vida.
Macri no solo tiene que amordazar a sus economistas, debería
amordazarse a sí mismo, amordazar a Rodríguez Larreta, y en el fondo amordazar
a todos sus partidarios.
O, mejor, no. Que sigan hablando. Es evidente que se han
sumado a la campaña popular para que Scioli sea Presidente.
Nestor Gorojovsky
Secretario General
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