El golpe parlamentario en Paraguay jaquea a todos los gobiernos interesados en la reunificación de la Patria Grande y pone a los argentinos y brasileños ante una gravísima responsabilidad.
Basta para caracterizarla el hecho de que, en nombre de los muertos en Curuguaty, se instala como jefe de la policía a uno de los responsables de la intervención policial contra los campesinos.
Patria y Pueblo repudia tajantemente la farsa montada bajo el nombre de "juicio político" que destituyó de la presidencia a Fernando Lugo, perpetrada por los mismos senadores que cajonearon durante cuatro años el ingresos de Venezuela al Mercosur.
Es por eso que los gobiernos de Argentina y Brasil, junto con los restantes miembros del UNASUR, deben pilotear la urgente restauración de la soberanía popular paraguaya no solo en defensa de la democracia política sino de la consolidación del proceso de unidad del la Patria Grande.
Los enemigos del pueblo paraguayo han obrado con astucia, audacia y decisión porque vieron que las relaciones de fuerzas en el interior de su país les permitirían adueñarse de las instituciones paraguayas y burlarse del espíritu de las nacientes instituciones sudamericanas. Su descaro es producto de la hegemonía oligárquica que hace trizas al Paraguay desde hace un siglo y medio y a la que es preciso derrotar.
Argentinos y brasileños tenemos una gran responsabilidad, y si no la asumimos podremos ver cómo una seguidilla de operaciones de igual tenor buscará romper la construcción sudamericana que logramos cimentar a partir de la batalla diplomática de Mar del Plata.
Paraguay es un límite. Si se desea salvar el Unasur y el Mercosur hay que atacar drástica y directamente los intereses de la oligarquía paraguaya, p or más que sus aliados y socios en Brasil y Argentina pongan el grito en el cielo.
Los golpistas se refugian en la débil validez formal de sus procedimientos. Pero éstos configuran una farsa ilegítima.
No es momento de guardar las formas, porque si así lo hiciéramos solo guardaríamos la formalidad que beneficia a los enemigos de la unión americana.
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