NO AL GOLPE OLIGÁRQUICO EN ECUADOR
República Argentina, 30 de Septiembre de 2010
Hoy 30 de setiembre por la mañana, la policía ecuatoriana, organizada por la Embajada de Estados Unidos y directamente vinculada a ella, pretextó la eliminación de injustos e inconstitucionales privilegios para abandonar la custodia de las ciudades de Quito y Guayaquil.
Era en realidad el primer paso de un putsch contra el gobierno y el pueblo ecuatorianos. A continuación, en una secuencia ya conocida en Honduras, una fracción de las FFAA tomó el aeropuerto de Quito y una pandilla de policías agredió, hirió, secuestró e internó en un hospital de la Fuerza al presidente electo, patriota y legítimo de la República de Antonio José de Sucre.
Las informaciones dan cuenta de una poderosa movilización de masas, convocada por el vicepresidente, para liberar al Presidente Correa de sus captores. En una confusa situación, entre rumores de apoyos y amotinamientos en el Ejército, queda en claro que esta intentona se dirige rectamente a la voluntad de liberación, reconstrucción social y reunificación nacional de los pueblos de América Latina.
La movilización popular ecuatoriana defiende el interés común de los latinoamericanos. La movilización de las masas en toda América al Sur del Río Bravo fortalece al pueblo del Ecuador en esta difícil instancia. La fulminante convocatoria de los presidentes del UNASUR en Buenos Aires, que honra por su celeridad y prontitud al actual Secretario de ese organismo Néstor Kirchner, permitirá encontrar la única solución posible a esta nueva injerencia imperialista en nuestros países. La presencia masiva del pueblo en las calles dará lugar a un nuevo 17 de octubre, esta vez de magnitud continental, y terminará con la asonada golpista en Quito.
Latinoamérica no puede permitirse otra situación como la de Honduras. No se puede ser neutral contra aquellos sectores del poder oligárquico que atacan a nuestros pueblos que intenta salir de la barbarie semicolonial. Sepa la oligarquía ecuatoriana que no le permitiremos salirse con la suya y que de nada le servirá la simpatía de la siniestra Embajada de Washington. Nuestra solidaridad al pueblo ecuatoriano y a su presidente se corporiza en la fe que brindamos al UNASUR.
Patria y Pueblo convoca a todas las fuerzas del campo nacional y popular a acompañar la lucha del pueblo Ecuatoriano. Lo que suceda en las calles quiteñas y guayaquileñas podrá suceder en cualquier otra ciudad de nuestra América. Han tocado a uno de los nuestros, nos han tocado a todos.
¡A LUCHAR, COMPATRIOTAS EN LA PATRIA GRANDE DE SAN MARTÍN Y BOLÍVAR!
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