El estáblishment está organizando una nueva intentona destituyente en torno al revalúo fiscal rural bonaerense y cuestiones similares en otras provincias que los argentinos tenemos que parar en seco. Ante este nuevo intento desestabilizador del estáblishment para avasallar la soberanía popular, el campo nacional tiene que cerrar filas. La presión desestabilizadora se está ejerciendo sobre los gobernadores de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires (al cordobés de la Sota, “esperanza blanca” de los oligarcas, lo dejan tranquilo). Pero el vértice de la confrontación se da, como no podía ser de otro modo, en la provincia de Buenos Aires, base de apoyo fundamental de la más rancia oligarquía argentina y al mismo tiempo sede de la mayor concentración obrera del país. El gobernador de esa provincia, Daniel Scioli, enfrenta en estos días las amenazas de un sector del ruralismo encabezado por el matón Hugo Biolcati, que con el pretexto de un largamente demorad
SOCIALISTAS DE LA IZQUIERDA NACIONAL